domingo, 28 de febrero de 2010

Relato On Fire ♥

Los minutos parecen detenerse cuando me encuentro ante su mirada seductora. Mi corazón empieza a latir mas fuerte, y todo mi cuerpo se acelera; no veo la hora de por fin estar rozando su piel. No se como hacerle saber que lo deseo. Quiero que este momento dure para siempre…

Empiezo a quitarle su camisa muy lentamente, mientras lo miro fijamente a los ojos. Tal vez mi inexperiencia me dificulta saber como proceder, o más bien como quisiera él que proceda. No quiero decepcionarlo ni horrorizarlo; así que decido ser yo misma.

Cuando nuestras pieles quedaron al descubierto, una encima de la otra, me dejo llevar al limite de perderme en sus besos; los besos mas maravillosos que jamás conocí.

Me siento una adolescente viviendo su primera vez, pero tal vez por lo que siento por él me estoy exigiendo tanto. Quisiera entrar en su cabeza un instante y saber como se siente conmigo…

Cierro los ojos y empiezo a rozar todo su cuerpo. Lo recorro con mis dedos y con mis labios; y me entusiasma sentir como su respiración empieza a acelerarse. Es un juego táctil en donde no hay un solo ganador, porque tampoco competimos: solo se gana acrecentar el placer del otro.

Si pudiera confesarle mi amor, tal vez entendería porque tiemblo cuando acaricio su cuerpo. Él, como todo un caballero, me recuesta con delicadeza para besar mi espalda y hacerme estremecer en cada beso, en cada exhalación. Me río, él se ríe, y continua besando y rozando mi piel como si seria un nuevo tesoro descubierto…

Ya perdí la noción del tiempo, creo que él también. Me falta el aire, pero empecé a respirar su aire, y me sentí mas cerca de su interior, de eso que esconde. Tengo tanta emoción de estar viviendo esto, que me olvido de todo. Ahora solo importamos nosotros…

Somos uno finalmente, y me entrego por completo a este acto de amor. Su respiración agitada y unos leves gemidos me hacen saber que realmente se siente bien conmigo. Así es que por fin me olvido de todas esas interrogaciones absurdas acerca de cómo ser la mejor amante, y me dejo llevar hasta alcanzar el tope del placer, sin avergonzarme de mis grititos sensuales…

Cuando todo acaba, me encuentro con su mirada y una sonrisa inesperada. Nuestros cuerpos están traspirados, pero no me avergüenzo por ello. Tampoco me desespero por vestirme, quiero que este momento dure lo más posible. Me acaricia el rostro y me besa apasionadamente. Siento como su corazón late con fuerza y le pregunto si se siente bien, si necesita algo. Finalmente, cuando creo que su silencio es motivo de rechazo y me muevo para vestirme e irme, me toma por la cintura y me dice “Te amo y lo único que necesito es que nunca te vallas de mi vida”. Mi sorpresa fue inmanejable, de mis ojos brotaron unas lágrimas, que me llevaron a darle un beso, y que casi sin pensarlo, toda la escena inicial vuelva a comenzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario