domingo, 16 de mayo de 2010

Aqui todos estamos locos...

--Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca --protestó Alicia.

--Oh, eso no lo puedes evitar --repuso el Gato--. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.

--¿Cómo sabes que yo estoy loca? --preguntó Alicia.

--Tienes que estarlo afirmó el Gato--, o no habrías venido aqui.

Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:

--¿Y cómo sabes que tú estás loco?

--Para empezar -repuso el Gato--, los perros no están locos. ¿De acuerdo?

--Supongo que sí --concedió Alicia.

--Muy bien. Pues en tal caso --siguió su razonamiento el Gato--, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.

--A eso yo le llamo ronronear, no gruñir --dijo Alicia.

--Llámalo como quieras --dijo el Gato--. ¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?

--Me gustaría mucho --dijo Alicia--, pero por ahora no me han invitado.

--Allí nos volveremos a ver --aseguró el Gato, y se desvaneció.

Lewis Carrol...
Alice In Wonderland


(( y yo estoy demente, por intentar volver a llegar a él...
pero lo amo, y no puedo evitarlo...))

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